Reconoced que Jehová, es Dios♡; el nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado. Salmo 100 Ver:3
viernes, 8 de julio de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
SIN CRISTO ESTAS FRITO
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. [Mateo 24:36-39]
lunes, 27 de junio de 2011
AMOR ETERNO ><[[[>
Si tu sabes que te amo
te protejo y te defiendo
"Soy amor" siempre lo he sido
nunca dejare de hacerlo.
Soy tu padre celestial
por ti y por los tuyos velo;
aunque tu me seas infiel,
yo siempre fiel permanezco.
¡Es tanto lo que te amo!
Nunca podras comprenderlo
por eso me gozo en ti
cuando me dices: Te quiero.
Me agradas cuando me hablas,
cuando te tomas tu tiempo
para confiar en mi
todo lo llevas dentro.
Sigue confiando, espera sigue
amandome y sirviendome; solo aquellos que
me aman se llevaran el premio.
No temas nunca desmayes;
yo estoy contigo y te esfuerzo
pues el cielo es de valientes
y con valientes yo cuento.
Si sufres persecución
Por mi causa, resiste todo
el temor con el amor que es perfecto.
Recuerda Nunca lo olvides
soy tu Padre y te defiendo
TE AMO, Te amaré siempre
nunca dejaré de hacerlo
jueves, 9 de junio de 2011
HAY QUE SER DE TEMPLE
Hay que tener mucho temple para vivir. Es la fuerza misteriosa para sostenerse, es el nervio fundamental para estabilidad de la vida, el soporte para las penas, el eje para manejarse en equilibrio.
El temple está revestido de dignidad, y a veces impone. Cuando recuerdo el temple de algunas personas no sé que decir: sufro un impacto que se lleva las palabras.
Hay que ser de temple para que la flor del alma se abra por estos caminos tan oscuros para arrodillar los ojos cuando no puedan contener las lágrimas, para que los labios estén siempre calientes y las palabras nunca resulten frías.
Hay que ser de temple para mirar este mundo tan sombrío y no matar la esperanza, para mirar este cielo tan nublado y llenarse las manos de ilusiones, como si fueran pájaros en promesas.
Temple para brotar el amor por toda partes como claveles mensajeros de Dios, para sembrar en tierra arenosa y de alguna partecita sacar la rosa que pueda perfumar nuestros dolores.
Hay que tener temple para poner lentes nuevos en las cosas que por sencillas y corrientes y no percibimos, para iluminar rincones que todos llevamos escondidos, y lagrimas que todos vamos llorando.
Tener temple para entrar allá, por la penumbra, por lo tapiado, por lo recóndito, por las profundidades inenseñables, para abrazar a los prójimoque no son nuestros amigos ni nuestros amores y decirles: cuenta conmigo.
Hay que tener temple para evitar las discusiones, sofocar los enfrentamientos, olvidar los rencores, cicatrizar las heridas, evadir los choques y evaporar los resentimientos.
Temple para responder a las sorpresas, enfrentar a los imprevistos y amoldarse a los cambios de la vida. Para buscar en la densa niebla de uno mismo la chispa de luz que pueda sacarlo a flote.
Hay que tener temple para aguantar todas las tormentas y quedar en pie, sin que nada enturbie tu alma, ni enlode tu corazón.
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
lunes, 9 de mayo de 2011
En tu corazón esta tu futuro
¿Has pensado en tu futuro?
Si eres como la mayoría de las personas en el mundo, lo que viene en el futuro puede ser un tema de gran preocupación. Muchas preguntas pueden llenar la mente, como, ¿qué haré?, ¿dónde viviré?, ¿con quién me casaré?, ¿tendré un buen trabajo?, ¿mis niños saldrán bien?, ¿caerán en las drogas?, ¿me enfermaré?, y muchas más. Hay muchos que ya no quieren pensar más en el futuro porque el presente es tan amargo. La vida no ha resultado como la querían y piensan que realmente no hay futuro para ellos. Vivan vidas derrotadas y tristes, una existencia pobre en todos los sentidos.
¿De qué consiste el futuro?
El futuro de cada uno de nosotros consiste de cuatro elementos, tres de los cuales podemos determinar de ante mano. El futuro es nada más que los pensamientos todavía no pensados, las palabras todavía no habladas, las acciones todavía no hechas y las circunstancias todavía no conocidas. Solamente son las circunstancias que muchas veces no podemos controlar directamente. Pero vamos a ver que es aún posible evitar muchas de las circunstancias negativas de la vida si administramos bien los otros tres elementos.
Leamos de dos hombres mencionados por Jesús:
“Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa” (Lucas 6:47-49)
Dos hombres, dos vidas, dos futuros. Cada uno estaba construyendo su vida, y entonces, su futuro. Cada uno tenía la libertad para escoger sus pensamientos, sus palabras y sus acciones. Cada uno dejó construida una casa, que podía representar la vida, el matrimonio, o la familia. Al ver las dos casas, tal vez hubiera sido difícil saber que existía una diferencia entre ellas. Pero cuando les tocó las circunstancias negativas de la inundación, los dos hombres salieron con dos futuros distintos. Ambos hombres habían escuchado las enseñanzas de Jesús. Ambos tenían la libertad para considerar lo que habían escuchado. Ambos estaban planificado su futuro a través de sus pensamientos, palabras y acciones.
Me imagino que ya puedas ver la diferencia entre los dos. Uno de ellos eligió ser un hacedor de la Palabra de Dios. Decidió pensar en la Palabra, hablar de acuerdo con la Palabra y actuar conforme a la Palabra. Su vida quedó construida sobre un cimiento profundo y resistente. Aún cuando le tocó un problema que tenía el potencial para destruir su vida, él salió intacto, su futuro seguro. El futuro del otro también fue decidido antes de la llegada de la circunstancia negativa. Tal vez asistía la misma iglesia y escuchaba la misma enseñanza como el vecino. Pero no lo hizo caso, y en su momento de necesidad él quedó incapaz de superar el problema. No fue la inundación que le destruyó, sino la falta de un cimiento. Y no son las circunstancias de la vida que te destruyen mi hermano y hermana, es la falta de entrega a la Palabra del Señor. ¿Cómo se ve el futuro tuyo?
Leamos un poco más del mismo pasaje Bíblico:
“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).
En cada corazón existe un tesoro. Lo que hay en este tesoro puede ser bueno o malo. Proverbios 4:23 nos dice, “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” ¿Por qué es tan importante el corazón? Porque el corazón representa el espíritu del hombre, la fuente de su vida. “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19). En otras palabras, es del corazón que sale tu futuro. Los pensamientos, las palabras y las acciones que corresponden residen en tu corazón. O es un buen tesoro o es malo. Si es bueno, sacarás lo bueno y tu futuro será seguro. A pesar de las circunstancias inesperadas, el cimiento de tu vida está firme. Has metido la Palabra de Dios en tu corazón y eres un hacedor de la Palabra. Estás administrando tu vida y la vida de tu familia a través de la sabiduría y la revelación que se encuentra en la Biblia. Has transformado tu futuro.
No importa como se encuentra el presente, el futuro puede ser mejor. Decide poner la Palabra de Dios y sus promesas en primer lugar en tu vida. Llena tu corazón, tu mente y tu boca con las verdades que Dios nos ha revelado en el Nuevo Pacto. Sé un hacedor de la Palabra y no un oidor olvidadizo. Transforma tu futuro. La decisión es tuya.
Tomado de Renuevo en plenitud
viernes, 29 de abril de 2011
El VERDADERO AMOR
¨El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es.... ¨
A veces Dios te pone pruebas que solo el verdadero Amor puede superar.
Si bien es cierto que con el paso del tiempo el Amor deja de ser la euforia del primer momento, también es cierto que son precisamente estos momentos de crecimiento lo que hace más sólida la relación.
En un mundo en donde la separación de los matrimonios esta a la orden del día, es difícil creer que todavía existan personas que ni siquiera el paso del tiempo o la adversidad pudieron separarlas y sirven de ejemplo para los matrimonios jóvenes, estas personas solamente tiene un secreto que los ha mantenido unidos “el Amor”.
Hay personas que le llaman su alma gemela, otras su otra parte, lo realmente importante es que son el uno para el otro. No es que estas personas sean perfectos esposos o perfectas esposas, es que día a día tratan de ser la mejor persona para su pareja.
No es una perdida de tiempo intentarlo, cuando la persona por la que luchas vale la pena y además esta luchando contigo para que todo funcione.
Lo que une a los matrimonios no son lo hijos como muchos creen, porque si esto fuera cierto todos los matrimonios se realizarían después del primer o segundo hijo.
Lo que une a los matrimonios es la convicción de querer pasar el resto de tu vida a su lado, los hijos como llegaron y causaron una gran felicidad al llegar, también se irán porque también ellos harán su propia familia, y solo quedara esa maravillosa persona que se
eligió para que te acompañara en tu gran viaje que es la vida.
¡Oracion a Dios!
Querido Dios, te agradezco por este día. Te agradezco por poder ver y oir esta mañana.
Soy bendito porque eres un Dios comprensivo y de perdón.Tu has hecho tanto por mi y continuas bendiciéndome cada día.
Perdóname por todo lo que he hecho, dicho o pensado que no era agradable para ti.
Por favor mantenme seguro, alejado de todo peligro o daño. Ayúdame a comenzar este día con una nueva actitud mucha gratitud.
Déjame hacer lo mejor de cada día para aclarar mi mente y así
poder oírte. Por favor expande mi mente para que pueda aceptar todos tus designios. No permitas que me lamente de las cosas sobre las que no tengo ningún control.
Permíteme continuar viendo el pecado a través de tus ojos Señor, y que pueda reconocer el mal.
Continúa bendiciéndome para que pueda bendecir a otras
personas. Mantenme fuerte que pueda ayudar al débil. Mantenme con los ánimos levantados para que pueda tener palabras de aliento para otros.
Ruego por los que se pierden y no pueden encontrar su camino. Ruego por los que no te conocen íntimamente. Ruego por los que borren este mensaje sin compartirlo con otros. Ruego por los que no creen. Pero te agradezco porque yo creo.
Creo que tu cambias a la gente y cambias las cosas.
Ruego que cada ojo que lea esto sepa que no hay problema, batalla, circunstancia, o situación mayor que tu Señor. Ruego
para que estas palabras sean recibidas en los corazones, que cada ojo que las vea y cada boca que las pronuncie, las confiese dispuesto. Esta es mi oración.
En el nombre de Jesús, Amen.
Tiempo para buscar
Muchas veces, en nuestra búsqueda de Dios cuando enfrentamos la crisis, nos cansamos de actuar correctamente, o de esperar, pensando que hemos “hecho” tanto y aún no vemos nada en el horizonte, aún no se vislumbra ningún cambio. Pero este texto nos muestra que nuestra orden es sembrar. Sembrar lo correcto, los principios de Dios, las leyes espirituales que Dios nos pide que vivamos, ésa es la JUSTICIA de Dios, son los mandamientos tales como el amor, el perdón, la paciencia, etc. Y explica que la siega, es decir, la cosecha será según la misericordia de Dios, y no según merezcamos.
¿Cuántas veces desmayamos en nuestra jornada cuando no “vemos” que sucede lo que esperamos recibir después de asumir ciertas actitudes “correctas”? ¿Cuántas veces desanimamos cuando pedimos perdón o nos humillamos y el otro no reacciona como esperábamos o como “debería” reaccionar? Es porque nos hemos engañado pensando que nuestra cosecha tiene que ser en la medida de la siembra, pero en realidad, cuando sembramos la justicia, es decir, cuando escogemos andar en los principios de la Palabra de Dios y actuar correctamente, lo que sembremos no será siempre la justicia, sino que a veces, por la misericordia y gracia de Dios, como una dádiva, como un regalo, veremos los frutos maravillosos de esa siembra, sin embargo, también habrá muchos momentos, permitidos en la soberanía de Dios, en que no veremos esas respuestas para nuestras actitudes o palabras, sino que aún tendremos que tener paciencia hasta experimentar la gracia y misericordia de Dios.
Ahora, la verdadera victoria, la alcanzaremos de otra manera, no solamente actuando como Dios desea que lo hagamos, sino andando por fe, porque nuestra gran prueba no es alcanzar solamente la meta de la restauración, pero sí ser aprobadas como hijas fieles, y perseverar en la fe en Dios mientras pasamos por este “valle de sombra y de muerte”.
Si queremos cosechar frutos y tener una siembra abundante, entonces, por fe debemos abrir surcos, preparar la tierra, y mirar hacia el futuro creyendo que Dios hará llover sobre nosotros la lluvia que necesitamos para que la tierra florezca.
Es tiempo de preparar la tierra amigos, tiempo de dar pasos como hombres y muejeres de fe, que cree en la restauración, que cree en el poder de Dios para transformar aún las circunstancias más difíciles! Es tiempo de buscar al Señor, pues allí se encuentra la clave para una vida victoriosa! Hay que buscar al Señor, hay que doblar las rodillas y clamar, eso preparará la tierra, para esperar la lluvia abundante que caerá y nos dará los frutos que pedimos a Dios.
Es tiempo de orar, tiempo de buscar, sin desmayar! La palabra nos insta, “hasta que” llueva, hasta que caiga la lluvia, no hasta que veamos una nube asomándose en el horizonte, o el cielo nublándose… NO! Debemos buscar al Señor hasta que caiga la lluvia abundante que moje la tierra y haga las semillas de justicia florecer! Si cree, entonces busque, busque con todas sus fuerzas, sin cansarse, sin desmayar cuando el tiempo pasa y no ve nada! Y no pare cuando vea la pequeña nube en el cielo, no es aún tiempo de parar de buscar, sólo debe parar cuando caiga la lluvia abundante y rica que mojará la tierra!!
Amigos es tiempo de buscar al Dios… es tiempo de cuidar de su vida espiritual, de clamar y pedir que la lluvia de la justicia del DIOS se derrame sobre su hogar… Busque! Busque con todas sus fuerzas, busque con sed y hambre de la justicia de Dios, con fuerzas, sin desmayar, ni desistir… sin cansarse, sin querer desistir… busque al Señor, en quien hallará las fuerzas para seguir y la sabiduría para saber qué hacer en el momento oportuno…
Ánimo… pronto la lluvia caerá… busca al DIOS padre hasta entonces… y en poco tiempo, tu tierra florecerá…
El tiempo perfecto. ¡es cualquier momento!
“Sembrad para vosotros justicia y segad conforme a la misericordia. Abríos surcos, porque estiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y haga llover justicia para vosotros”.
Oseas 10 :12
LA VERDADERA DOCTRINA
Yo por critianismo no entiendo la doctrina de las iglesias cristianas, ni la ortodoxa, ni la católica, ni las diversas iglesias protestantes, sino la pura doctrina de Jesucristo. PEDRO ANTONIO |
Esperanza
Avanza confiadamente en dirección de tus sueños y te encontrarás con un éxito inesperado en las horas comunes. Henry David Thoreau |
jueves, 28 de abril de 2011
ESPERANZA, FE Y PACIENCIA
Hemos leído muchas veces el siguiente versículo: “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor” (1 Corintios 13:13). A diferencia de lo que escuchamos en nuestra cultura materialista, el legado más grande que podemos dejar los seres humanos es el amor; los obsequios más valiosos que podemos ofrecer son los pensamientos y las acciones que fluyen de un corazón que ama. Es en la familia donde más se aprecian y más se necesitan las acciones amorosas. Al mismo tiempo, es donde más difícil resulta mantenerlas. Tenemos buenas intensiones pero en el ir y venir de la vida nos lastimamos unos a otros. Hasta las más pequeñas heridas en el ego o en el alma duelen, y con frecuencia nuestra reacción natural es alejarnos.
A medida que aumenta la distancia emocional, aumenta el resentimiento. En poco tiempo una relación de amor se vuelve terreno propicio para que crezcan sentimientos malignos. Sabemos que deberíamos poner fin a la discordia, que deberíamos hablar con la persona y tratar de resolver el conflicto. Pero también sabemos que podría requerir tiempo y energía y hasta resultar frustrante. Sabemos que una solución real posiblemente requiera un proceso y no una única conversación.
Entonces cedemos a la tentación de la pereza selectiva. Somos perezosos cuando se trata de las relaciones personales. Nos damos por vencidos. No hacemos la llamada telefónica. No escribimos la carta. No extendemos la mano, ni decimos la palabra amable ni nos damos el tiempo para escuchar. Romanos 12:18 dice: “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos”. “Si es posible“, expresa una tenacidad que no se rinde cuando el proceso de reconciliación resulta difícil, exigente o colmado de obstáculos que parecen insalvables; implica la decisión de aferrarse al último hilo de esperanza y seguir adelante en honor a ella.
“En cuanto dependa de ustedes“, significa que no podemos controlar la reacción de la otra persona en el proceso de pacificación. A veces nuestros esfuerzos más sinceros resultan inútiles porque alguien se niega a colaborar. Aunque esto puede resultar frustrarte, no nos exime de la responsabilidad. Todavía se nos pregunta: ¿Tomaste la iniciativa? ¿Hiciste todo lo que pudiste? ¿Avanzaste lo necesario por el camino de la reconciliación?
Si estas palabras te estimulan a poner más energía y a esforzarte más en tus relaciones, por favor hazlo. El riesgo es grande. El dolor de la pérdida es enorme. Tal vez tus esfuerzos sean rechazados, pero lo más posible es que sean recibidos con calidez y con una declaración sincera: “Yo también quiero intentarlo; gracias por tomar la iniciativa“.
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